adios, verano cruel !
El domingo pasado nos refugiabamos bajo el aire acondicionado. Más de 30 C y una humedad semi-tropical desaconsejaban salir a pasear. El otoño era irreal.
Hoy, miércoles, estrenamos ropa de abrigo. Día nublado en Chicago. Unas nubes bajas, con todas las coloraciones de grises posibles y algún azul intenso colándose en las grietas. Viento racheado del norte, noroeste. Hoy es el primer día de otoño. Ya no parece ridículo ver las hojas amarillas en los árboles. No hay nada más surrealista que ver hojas amarillas y rojas en pantalón corto, camiseta y chanclas.
No se si será un rasgo psicológico o psiquiátrico pero nunca deseo la llegada del verano. Sin embargo, espero con ganas los días de otoño y de invierno. La estética del verano me agota. Por solo poner un ejemplo, no hay nada más depresivo que un periódico en verano con sus suplementos idiotas, contando frivolidades amarillas y relatos supuestamente eróticos.
En cambio, la estética del otoño-invierno me fascina. No es una sublimación banal. También hay inconvenientes en los fríos excesivos del invierno, especialmente aquí, a orillas de los Grandes Lagos. Pero, aún así, cuento los días para la llegada de los días otoñales.
Ya no hay que esperar más. Miro por la ventana de la cafetería. Se nota el frío del atardecer en las luces de las tiendas y los restaurantes, en las cazadoras y jerseys, en las ramas desnudándose, en esos primeros gorros horteras pero simpáticos.
La calle invita a pasear...
1 comentario:
Benvinguda tardor!
A NYC no para de ploure.
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