lunes, 8 de octubre de 2007

Entre dos mundos

Aunque todavía faltan algunos días ya se empiezan a ver las decoraciones propias de Halloween en las casas americanas.


Buscando un poco más de información sobre este evento parece claro que es una fiesta de origen celta, muy propia de Irlanda y de Gales y Escocia, en el Reino Unido.

Los celtas seguían calendarios lunares y tenian cuatro fechas principales. Coincide aproximadamente con nuestros primeros de febrero, mayo, agosto y noviembre. Se parece al inicio de las estaciones pero algo decalado.
En cualquier caso para los celtas había dos grandes periodos durante el año. El verano, tiempo de luz, y el invierno, tiempo de oscuridad. El, invierno, tiempo de muerte, relacionado con el frío, falta de luz, pocos alimentos, empezaba para ellos a finales de octubre-principios de noviembre.

En esos dias de transición de verano-invierno, alrededor del primero de
noviembre se celebraba un festival que duraba tres días. Era el Samhein.

El festival tenía dos partes importantes. Por un parte era la fiesta de la cosecha y por otra parte una preparación para pasar el invierno. Había que preparar las conservas, sacrificar animales de los rebaños, etc Todo ello para tener suficientes reserves para el invierno.

Esa era la parte práctica de la fiesta. Pero en toda actividad humana siempre hay algo que transciende. Asi, esa transición entre verano-invierno, luz-oscuridad, era vista tambien como un momento especial del año en el que la separación entre los dos mundos, el mundo de la luz, el mundo de la noche (el mundo de los vivos-el mundo de los muertos) se hacia más tenue y ambos mundos podían entrar en contacto.

Se mezclaban la cosecha, la preparacion para pasar el invierno con esa visión transcendente, mágica, asociada al cambio de estaciones.

Así, se dice que se preparaban grandes fuegos, para ahuyentar a los malos espíritus en los pueblos durante esos días. Pero es possible que el origen de esos fuegos fuera más por rezones higiénicas, para quemar los restos de los animales sacrificados. Por otro lado, en todos estos rituales con el olor de los animales y el fuego se acercaban moscas y
mosquitos lo cual atraía a los murcielagos y de ahí podría la asociación de los murcielagos con los malos espíritus.
Por otro lado, la magía de esos días y la ruptura de la separación entre el mundo de los vivos y el de los muertos permitía que los antepasados volvieran a sus hogares para visitar a sus famílias. Así, era tradición recibir a los buenos espiritus, a los antepasados, con algo de vino y comida.. Quizás ahí este el origen de las golosinas que se dan ahora los
niños cuando van a la casa disfrazados de malos espiritus, brujas, fantasmas. O podría ser que, entre los espíritus buenos de la família, se mezclaran entes perversos a los que había que contentar con algunos alimentos y dulces.

Las fiestas de Sanheim, a medio camino entre lo terrenal y lo mistico duraban esos tres dias. Días de mirar por lo práctico, por la cosechas, las reserves de alimento, pero también días de magía, de mezcla entre lo terreno y lo etéreo. Todo se mezclaba en esos días que acaban siendo fiestas de transgresión y de excesos.

La llegada del Cristianismo intento frenar esas fiestas o convertirlas como hizo con todas las fiestas pagans. Asi, para empezar a limitar los excesos y el ritual con los espiritus se decidio que eldía 1 de noviembre sería el Dia de Todos los Santos, o sea en ingles All Hallow Day (Hallow=Holy=Santo). Y la vispera de ese dia, que era el primer dia de Sanheim, era Hallow even (la vispera de Todos los Santos). Con el tiempo "Hallow even" se contrajo a "Hallowe'ven" y finalmente a "Halloween". Se cristianizó la fiesta con Todos los Santos, pero las tradiciones milenarias no eran fáciles de borrar.

Aunque con la cristianización se clasificó de maligno o satánico el contacto con los espiritus la fiesta permaneció más o menos conservada. Por otro lado, empezo la costumbre de las visitas de los niños a las casas a pedir pastelitos para rezar por las almas de los difuntos (los "soul cakes" o pastelitos de las almas). Otra modificación de la costumbre ancestral que parece ser el origen de lo actual.

Finalmente, los protestantes no celebraban mucho estas fiestas y Halloweven era poco favorecido en el mundo anglosajón protestante pero más permitido en el católico (Irlanda). Asi cuando los Irlandeses llegaron en masa EEUU, a mediados del siglo XIX ,se trajeron Halloween con ellos.

En EEUU esa mezcla de fiesta de la cosecha, de adoración-fiesta de muertos, todo lo que supone Haloween, se empieza a celebrar a finales del XIX, por influencia irlandesa, y sigue en su apogeo durante el XX.

Así hasta hoy. Los símbolos de la cosechas fusionados con los símbolos de la muerte, en esa curiosa figura de la calabaza con ojos y boca, iluminada por dentro. El exceso de la cosecha como arma contra lo maligno que siempre acecha y que parece despertarse cuando sobre la tierra los humanos se lanzan por fin a celebrar la recogida de los frutos después de un año de duro trabajo. Como si siempre hubiera que pagar un precio por lo bueno, por lo frutos de la tierra. Y no es ya un cuestión de tradición católica ya que esas dualidades estaban presentes en el mundo celta. No soy historiador. Habría que establecer con precision el origen de las tradiciones y de los contactos entre distintas tradiciones para verificar las influencias.

Pero, más allá de la cuestión científica, creo que encajan bien esos comportamientos con la condición humana. Somos una especie que inventa mitos sin parar. No somos capaces de vivir sin ellos. Y en cuanto los negamos, construimos otros distintos, que incluso no tienen la apariencia de ello. Pero no podemos vivir sin el mito. No podemos dejar de pagar nuestro particular “trick or treat”.

1 comentario:

Hematie dijo...

Me contaron la historia de esta tradición hace años en el instituto y casi se me había olvidado por completo. Me gustaría poder vivirlo de cerca alguna vez.

La verdad es que tienes razón, parece que necesitamos esos mitos, cosas que celebrar, cosas en las que creer. No podemos evitar creer en algo más allá de nosotros.