lunes, 1 de octubre de 2007

vida de libro

Los libros se acumulan en distintas partes. En casa hay libros en el salon, en nuestra habitación y algunos en el comedor.
En casa de mi madre unas cuantas librerías y estanterías acumulan todo lo adquirido desde hace más de veinte años.

Pasan los años y el número de libros aumenta. Muchos son leídos. Otros son empezados y terminados más tarde. Otros no son nunca terminados. Y algunos que parecían condenados a nunca salir de la estantería son leídos de forma imprevista y rápida. Varios son empezados a la vez. En unos se avanza más que en otros dependiendo del momento en que son leídos.

Poco a poco uno cambia sus gustos, sus tendencias, sus curiosidades. Los cambios pueden ser suaves o bruscos. Pero siempre es posible recrear esos cambios buscando en la librería. Lo mismo se podria decir de la música pero la digitalización de ésta ha cambiado un poco esa perspectiva de lo que es el almacenamiento físico, el orden, la busqueda.

Nuestra vida se puede seguir en los libros que almacenamos, también en la música que escuchamos. Pero el hecho que la lectura dure más tiempo quizás permita pensar más en los libros con elementos archivados de nuestra biografía.

Cuando miro y pienso en todos esos libros encuentro una razón definida para cada uno de ellos. Y cada uno encaja en un momento vital y responde a una curiosidad determinada (independientemente que se trate de novela, ensayo, teatro o poesía)

Cada libro tuvo o tiene su ritmo y su historia, más allá de lo que él se relata. Como un enlace a un momento determinado de nuestra vida.

Sin embargo, hay algunos libros, pocos, que forman parte de los permanentes. Son aquellos que son releídos entera o parcialmente. Esos textos nunca nos abandonan y de una forma u otra se han insertado más hondamente en nuestra memoria. Son aquellos libros que pondría en la maleta en caso de tener que irme corriendo en menos de 24 horas. Son los que no pueden ser abandonados bajo ningún concepto o casi.

Son los libros que rompen el ruido, los que no pueden ser olvidados.

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